viernes, 26 de febrero de 2010

El facebook nuestro de cada día

El Facebook
El facebook es una red social donde millones de personas están conectados día a día; donde nos enteramos de una infinidad de cosas de nuestros amigos, parientes e incluso extraños que nunca vamos a ver en nuestras vidas; en realidad no es de mi agrado el facebook ya que simplemente me da igual si tengo amigos o no , no comparto mucho la idea en estar subiendo fotos a cada minuto; en realidad creo que también el facebook se hiso para el tipo de personas que no tienen nada que hacer, y lo hacen para matar el tiempo y sentirse “populares”, y solo forman parte de una sociedad donde un núcleo de personas lo hacen para sentirse al día o a la moda.
A continuación les dejo este documento para que lo chequen:


Arouet-27 enero,2010

El facebook nuestro de cada día
Dejo a los expertos escudriñar tanto el fenómeno como los alcances de esos nuevos vasos comunicantes que llamamos Redes Sociales. Yo nada más quiero dejar testimonio de que a lo largo de 48 años no conocí a La viña del señor hasta que saqué mi cuenta en Facebook motivado por la curiosidad, para estar a la moda y porque no quiero que alguien me suplante.
Al inaugurar mi vitrina personal solicité establecer contacto con 15 amigos, en dos días respondieron 13, y así tuve la certeza de que ése sería el cuadro básico de la convivencia. Pronto llamó mi atención, sin embargo, que entre mis contactos parecía como si el asunto principal fuera el de competir a ver quién podría hacer más amigos de tal suerte que, ahora en los antros , la pregunta para presumir no es qué libro leíste hace poco sino cuantos amigos tienes en feis.
Pese a ello mi lista ha crecido poco, de un año a la fecha no se integra con más de 50 y creo que son suficientes. Pero en ese lapso he visto cómo personas que no se pueden ver ni en pintura ahora lo hacen en estos lares modernos, incluso en forma espectacular pues todos los contactos recibimos el aviso de que, digamos, Cuca se ha hecho amiga de Avelino al mismo tiempo que vemos el ascenso frenético en amistades de Isidoro que dos semanas después de tener su cuenta ya tenía como 200 amigos. Lo curioso es que Cuca, Avelino e Isidoro, e incluso una guapa ex funcionaria del gobierno federal que tiene 400 amigos, jamás han compartido mensajes y por eso es como si nada más hubieran formado parte de un concurso de popularidad o no sé qué.
Luego están los militantes, “Manuel se unió al grupo para leer libre”, lo que me hizo sentir la que hasta ahora yo había leído con ataduras y entonces me formulé otras necesidades y, en una hipótesis, vi puesto mi nombre en la marquesina: “Arouet se unió al grupo conductores sonrientes frente al tráfico de la ciudad de México” aunque al final de cuentas me convenció éste: “Arouet se unió al grupo de los que no tienen ni puta idea de para qué formar parte de un grupo virtual”.
Y qué me dicen ustedes de quienes adoptan a un pingüinito para salvarle la vida porque el pobre se quedó sólo al destemplarse un hielo que lo alejó de sus padres. Dios mío, cito textual: “Charly adoptó un pingüinito bebé después de que se alejara de sus padres por...”. Yo podría entender que eso lo hiciera mi hija de ocho años pero que lo haga un cabrón de casi 50 no más no me entra en la cabeza y sobre todo porque el avesucha ésa ni siquiera existe; claro que podré entender si en realidad se trata de una terapia para hacerse el tierno o decir que se lucha tanto por la vida de los animales que el esfuerzo llega hasta para los que no existen. Y por si fuera poco en esa comunidad también está Ana, una hermosa treintañera que la pasa horas cuidando a su granja, lo que es muy su asunto aunque encima de todo se atreva a compartir sus angustias como si realmente existieran los pollos y como si se tratara de una nueva primicia informativa que nadie de nosotros podría perderse.
Unos de mis preferidos son los filósofos del feis, por ejemplo cuando en el espacio “Qué estás pensando” anotan algo así como “Hoy tengo ganas de ti”, “Estoy sumido en un mar profundo”, “Se destemplan mis sentidos cuando te siento” o “A ninguno de ellos amé lo suficiente para que yo misma muriera de algún modo en la muerte de ellos...”. Wow. Tanta es la profundidad de esas frases que yo, la verdad, no me atrevo a poner una siquiera aunque para no quedarme corto en veces le comunico a los cuates que estoy por cenar pechuga asada, verduras y fruta o que estoy tan triste por la derrota de los Vaqueros, que todavía no digiero. Esos últimos son los que mejor me caen, los que exponen su diario para decirnos que amanecieron de malas o que traen un cólico atorado.
Pero de este recuento no pueden faltar los hombres y las mujeres de convicción, para ellos el fin justifica los medios y de cualquier modo hay que propalar el mensaje de la liberación, sus textos despiden un aroma similar a la vieja proclama esa de que el ciudadano consciente se une al contingente (y quienes no lo hacemos, se entiende, no somos conscientes). Yo los admiro, en serio, entre otras cosas porque no tengo su temple de acero, aunque echo de menos un retrato más polifacético de ellos, y no pretendo que adopten un pingüinito, cuiden alguna gallina o que nos digan que han descubierto un pelo más en sus cejas o alguna otra de esas mamadas, pero sí espero que compartan, no sé, las películas que les gustan, los libros que recomiendan y cosas por el estilo. De cualquier modo, nadie en esta vida puede pasar sin ser amigo de los revolucionarios y a mí me da mucho gusto eso.
Ahora vienen a mi mente los necesitados de amor, como lo estamos todos, que tienen como singularidad el valor de decirlo y entonces ponen en su “muro” que están tristes, solos y abandonados cuando no dicen que están en la depre, y pronto los amigos le infunden ánimo. Los envidió porque la única vez que yo puse que “estoy triste” para medir mi rating sólo me alentó la ñora ésa que atiende su granja virtual y, como me sentí pollo, mejor no respondí.
Hay otros amigos que están tanto tiempo en Facebook que, de veras, no imagino cómo era su vida antes, y no son nativos digitales, por supuesto, pues rozan los 50. Puedo entrar a cualquier hora y ahí están, en el chat o colocando leyendas o compartiendo música, es la constatación real de que los amigos siempre están, sin condiciones. Yo pertenezco a ese gremio de vagos y con dos de los que más me identifico son Alberto y David, grandes cinéfilos y nostálgicos del rock de los 70 con quienes he escuchado por ejemplo a los Stones en tanto el de la voz comparte con los amigos que, en esos momentos, le está quemando las patas a Satanás porque, para qué más que la verdad, Arouet también echa su desmadre.
Por último se encuentra el grupo de los serios, auténticos profesionales de la comunicación que, en una función permanente, informan de acontecimientos de aquí y de otras latitudes además de la reacción que suscitaron. Son la fuente a la que recurro para enterarme de las cosas y las reflexiones, además de en las revistas etcétera y Proceso.
Ahora tengo 52 amigos (menos los que me retiren de la lista por este texto) y no siento que me falte alguno aunque, claro, los amigos nunca sobran.
Frase del día: Gabinete Facebook
"He nombrado a una subprocuradora de Justicia, que lo único que sé de ella es que existe en el Facebook, al igual al titular del Instituto de la Juventud".

Ney González, gobernador de Nayarit, Milenio, 21 de diciembre

26 de agosto, 2009
etcétera

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